miércoles, 24 de agosto de 2011

una pluma

me desperté, intensa, con ganas de mar...

me desperté con una visión algo borrosa a primera hora, a mitad del día, enfoque difícil, pero sugerente de muchas cosas.

me desperté en la playa des caragol, mi playa, sin prisa, como si fuera el último instante de mi vida en el que iba a estar sola, así tal cual, y quería disfrutarlo, estuve presente, entera yo, en cada segundo, en los de luz y en los 12 segundos de oscuridad, maravillosos todos, maestros, sin prisas de quedarme al sol, de leer, de nadar, de flotar en el agua, de sumergirme, de salir de ella, de escuchar música, de escribir en la arena, todo, absolutamente perfecto, ni un gramo de aire por respirar.

aparece una niña de siete u ocho años, camina delante de mi...me atrapa, anda suelta, firme, con una flor blanca en su cola de caballo, se gira y me saluda, con un gesto, sólo levanta la barbilla, pero sigue caminando, la miro, se vuelve, levanta de nuevo la barbilla, niña linda, le sonrío, se vuelve de nuevo, la despido con la mano, me devuelve el gesto, quiero que siga, quiero ver a donde va...y lo veo, de hecho la grabo, desde lejos, una belleza imposible de explicar.

en un momento, escucho todo el repertorio de canciones que no sabía dónde colocar en mi disco, me permito, sentarme, con toda esa música en mis oídos, dentro del agua, qué sensación y además encuentro para cada una de esas canciones un lugar perfecto, eso me hace feliz, ya tienen un lugar, el que quiero que tengan dentro de mi, importantísimo primer paso.

voy al mar, sin prisa, aparece una planta marina, parece esponjosa en el agua y la cojo, con la mano izquierda, camino, sigo caminando, me quiero sumergir, y me encuentra una pluma, flotando en la superficie, la cojo, con la mano derecha.

me sumerjo, abro los ojos bien, porque este fondo es transparente y azul, muchos tonos de azul, con un alga que segundos antes fuera del agua me ha parecido un montón de pelo enmarañado y con una pluma, con la punta transparente, buceo con las dos, pero...mi mano izquierda se abre y suelta la planta marina, para que se vaya y se quede en el fondo del mar, con agustina, necesito una de las dos manos para remar, prefiero la pluma, esta puede escribir una nueva historia, y puede ser la primera de mis nuevas alas...

salgo sin prisa, me tomé mi tiempo, buceé con ella, era transparente, azul con muchos matices y en el fondo arena blanca, o si cabe con algo de ámbar. salgo, y la dejo justo, en un rincón de mi melena.


3 comentarios:

jose dijo...

una nueva historia con alas para poder volar en libertad...

tina dijo...

jose: exactamente, eso.

girona dijo...

y de una pluma se escribió una nueva historia, y muchas más que seguramente llegarán