Estas dos niñas me cautivaron por sus miradas, por su simpatía y por darme la sensación de ser de otro mundo distinto al mío. Ojos puros, llenos de vida, amables, brillantes, acojedores y descubridores de cosas nuevas. Una de ellas de la Kasbah de Ait Ben Haddour, patrimonio de la humanidad, un lugar hermoso. Su madre llevaba a la espalda a su hermanito, tan bello, tan salvaje..., nos ofrecieron un desayuno delicioso y la que más disfrutó de los pasteles sin duda, ella.
La otra niña apareció en una kasbah abandonada en Telouet, Marruecos es un país con paisajes desiertos, donde no hay nadie en kilómetros a la redonda y de repente aparecen sorpresas como esta, te preguntas "¿Dónde estaban? Si no había nadie". Ella nos invitó a su casa, donde su madre nos ofreció un té, tenía unos treinta y pico de años, aparentaba ochenta, en eso también me pareció estar en otro mundo. Tomamos el té con ellos y con las cabritas, todos juntos, agradecidos, sin apenas poder intercambiar una palabra, es que a veces las palabras no son necesarias...
En muchas cosas podríamos aprender de ellos, las gentes de estos pueblos son de lo más hospitalario...sino quién invita a tomar un té a un desconocido en nuestro mundo por el simple hecho de compartir un instante. Gracias.
10 comentarios:
Muchísimas cosas podríamos aprender de ellos, y como bien dijiste al menos el simple hecho de compartir un instante.
Impresionantes las fotos, ¿son tuyas?. Si es así te felicito, son hermosas.
Besos.
Nina
http://herecomesthesun-ninas.blogspot.com/
Hola Nina, bienvenida! Sí son mías las fotos, me alegra que te gusten...besos
grandes miradas... grandes verdades...
besaso
p
P: muak!
grandes instantes
sí, inevitable no pasarme por aquí.
Besos
Tuky:
GRAcIAS siempre bienvenida
Las niñas están en mi blog también...q casualidad...
señales quizás---
besos isla!
luis:
cierto...estamos conectados!
tuve una experiencia similar en egipto... tb con unas fotos parececidas... una niña, con ojos de tristeza pero alegria y esperanza a la vez, en un cuerpo que parecia tener 60 años... no sabemos ni valoramos lo que tenemos...
jose: muy cierto, qué bien otra experiencia compartida
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