jueves, 13 de octubre de 2011

soliloquio del Farero







Cómo llenarte, soledad, 
sino contigo misma... 
De niño, entre las pobres guaridas de la tierra, 
quieto en ángulo oscuro, 
buscaba en tí, encendida guirnalda, 
mis auroras futuras y furtivos nocturnos, 
y en tí los vislumbraba, 
naturales y exactos, también libres y fieles, 
a semejanza mía, 
a semejanza tuya, eterna soledad. 
Me perdí luego por la tierra injusta 
como quien busca amigos o ignorados amantes; 
diverso con el mundo, 
fui luz serena y anhelo desbocado, 
y en la lluvia sombría o en el sol evidente 
quería una verdad que a ti te traicionase, 
olvidando en mi afán 
cómo las alas fugitivas su propia nube crean. 
Y al velarse a mis ojos 
con nubes sobre nubes de otoño desbordado 
la luz de aquellos días en tí misma entrevistos, 
te negué por bien poco; 
por menudos amores ni ciertos ni fingidos, 
por quietas amistades de sillón y de gesto, 
por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma, 
por los viejos placeres prohibidos 
como los permitidos nauseabundos, 
útiles solamente para el elegante salón susurrado, 
en bocas de mentira y palabras de hielo. 
Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona 
que yo fui, 
que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones; 
por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos, 
limpios de otro deseo, 
el sol, mi dios, la noche rumorosa, 
la lluvia, intimidad de siempre, 
el bosque y su alentar pagano, 
el mar, el mar como su nombre hermoso; 
y sobre todo ellos, 
cuerpo oscuro y esbelto, 
te encuentro a ti, tú, soledad tan mía, 
y tú me das fuerza y debilidad 
como el ave cansada los brazos de la piedra. 
Acodado al balcón miro insaciable el oleaje, 
oigo sus oscuras imprecaciones, 
contemplo sus blancas caricias; 
y ergido desde cuna vigilante 
soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres, 
por quienes vivo, aun cuando no los vea; 
y así, lejos de ellos, 
ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres, 
roncas y violentas como el mar, mi morada, 
puras ante la espera de una revolución ardiente 
o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo 
cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista. 
Tú, verdad solitaria, 
transparente pasión, mi soledad de siempre, 
eres inmenso abrazo; 
el sol, el mar, 
la oscuridad, la estepa, 
el hombre y su deseo, 
la airada muchedumbre, 
¿qué son sino tú misma? 
Por ti, mi soledad, los busqué un día; 
en ti, mi soledad, los amo ahora.

Luis Cernuda







Veronique: GRACIAS por ser compañera leona en esta noche y esperar con paciencia a que quedara su luz reflejada.
Luis Cernuda: GRACIAS por esta poesía que tanto ayuda al encuentro de las palabras para comenzar a procesar este cuento.





10 comentarios:

Noelia Palma dijo...

bueno, es que Luis Cernuda hacía magia... pero tus fotos, ayyy me quedo con la segunda, y con la de tus pies.!
y tratando de adivinar cuál de las dos sos, creo acertar y digo que sos la del pelo oscuro... a que sí!! :)

un abrazo
ets molt maca

tina dijo...

Noelia:
Sí que feia màgia, al menys avui ha estat màgic trobar aquesta poesia.

Sí sóc la dels cabells foscos i a més me n'acabo d'adonar que compartim a més del color dels cabells el títol de l'entrada.

Tú sí que ets maca!

besades

Noelia Palma dijo...

ohh my god!
és cert, el títol! que bé
aquesta vegada em va costar entendre el català nena, he de entrenar
besades x 1000

tina dijo...

Noelia: seguirem practicant, segueixo pensant que ho fas molt bé!
besades illenques.

DANI dijo...

Que fotos más bonitas!! y arriegadas!! ten cuidado, las alturas son peligrosas :))


Besazos enormes

tina dijo...

Dani: Lo tendré, tienes razón, mucho riesgo he corrido. un besazo viajero!

J@ckie dijo...

IMPRESIONANTE TU BLOG. LAS FOTOS ME CAUTIVARON. GRACIAS POR COMPARTIRLAS, CON TU PERMISO ME QUEDO POR AQUI PARA SEGUIR DELEITANDOME. MUCHAS BENDICIONES

tina dijo...

Jackie: ;-) Gracias guapa a ti por disfrutarlas. un abrazo.

David Cotos dijo...

reflexivo texto y las fotos una maravilla.

tina dijo...

David: No queda otra que reflexionar a veces y en soledad. besote