Bueno amigos, me vais a perdonar, me voy a pasar al lado quizás menos poético, hoy decido colgar una cruda realidad, la realidad del que come carne...matanza casera, en concreto la de mi familia, sí, cada año me toca acudir a este percal y ya lo hago sin protestar, aunque nunca me acostumbro, especialmente al olor, tampoco a tocar carne cruda aún caliente...es duro, pero pienso que este fue un cerdito feliz, criado en libertad y alimentado de forma sana, creo que es más lógico que acudir a la carnicería sin hacerte una idea de cual es la realidad, aunque como muy poca carne, el año pasado no me llevé nada, se te van las ganas, al menos a mi, aún habiéndolo visto toda la vida, cuesta, hasta que pasaron unas semanas no me pude comer algún pedazo de lomo. La realidad de la mayoría de la carne que consumimos es bien distinta a la de este cerdito.
Nunca había fotografiado el evento, de hecho prefiero fotografiar cosas hermosas, o buscar el lado esperanzador, ese día me rebelé, no tiene mucho de bonito pero bueno...es lo que hay. Dan ganas de hacerse vegetariano no?